A sus 37 años, Jones defendió el título de los pesos pesados con una actuación dominante que culminó en el tercer asalto con una patada giratoria al hígado que dejó sin opciones al bombero de Ohio.
El combate enfrentó a dos leyendas de la UFC: Jones, con un impresionante récord de 28-1, y Miocic, ampliamente reconocido como el mejor peso pesado de la historia, con un récord de 20-5. Desde el inicio, Jones mostró su maestría en el octágono, dejando claro por qué es considerado el mejor de todos los tiempos. El desenlace llegó de forma contundente en el tercer asalto, cuando un golpe certero al hígado dejó a Miocic fuera de combate, obligando al árbitro a intervenir para proteger al excampeón.
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Entre los asistentes al evento destacó Donald Trump, quien recibió el cinturón de campeón directamente de Jon Jones tras la victoria. El luchador aprovechó el momento para agradecerle su apoyo y aceptar una invitación del expresidente a la Casa Blanca. “Estoy orgulloso de ser un gran campeón estadounidense”, expresó Jones, dirigiéndose tanto al público como al dirigente.
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Jones confirmó que planea continuar su carrera y dejó entrever posibles combates futuros, mencionando un interés en enfrentar al campeón interino Tom Aspinall o al brasileño Alex Pereira, actual campeón de los semicompletos. Sin embargo, estos enfrentamientos no se concretarían hasta el 2025, dejando a los fanáticos expectantes de lo que vendrá para el campeón indiscutido.
