La tormenta ha azotado a varios estados, incluidos Florida, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Tennessee y Virginia, provocando una crisis humanitaria y desafíos significativos para las autoridades de rescate.
Las cifras de fallecimientos continúan aumentando a medida que las operaciones de búsqueda y rescate avanzan. Según informes de autoridades locales, el desgarrador balance incluye 37 muertes en Carolina del Norte, 25 en Carolina del Sur, 17 en Georgia, 11 en Florida, dos en Tennessee y una en Virginia. El condado de Buncombe en Carolina del Norte ha sido particularmente devastado, con 30 fallecidos confirmados por el sheriff Quentin Miller.
Las autoridades han reportado que muchos de los decesos se deben a accidentes relacionados con inundaciones y caídas de árboles, mientras los servicios de emergencia se esfuerzan por llegar a las áreas más afectadas. La administradora del condado, Avril Pinder, ha hecho un llamado urgente por ayuda estatal para suministrar alimentos y agua potable, ya que muchas comunidades siguen sin acceso a recursos básicos.
Estragos en la infraestructura
El huracán Helene ha causado daños significativos en la infraestructura de la región. Las fuertes lluvias y vientos huracanados han dejado algunas ciudades en ruinas, con carreteras completamente inundadas y escombros esparcidos por doquier.
La electricidad ha sido cortada para millones de residentes, lo que agrava aún más la situación de emergencia. Las imágenes que emergen de las áreas afectadas muestran calles cubiertas de agua, edificios dañados y vehículos atrapados. Las autoridades han advertido que la limpieza y reconstrucción llevarán tiempo, y que muchos habitantes de las zonas más afectadas enfrentarán una dura recuperación.
Las operaciones de rescate se han intensificado en las últimas horas, con equipos de emergencia trabajando sin descanso para ayudar a las personas atrapadas en sus hogares y garantizar que los necesitados reciban asistencia. Sin embargo, las condiciones climáticas adversas y la infraestructura dañada han dificultado estos esfuerzos.
Organizaciones de socorro y agencias gubernamentales están uniendo fuerzas para proporcionar refugio temporal, alimentos y atención médica a los desplazados. Los esfuerzos de colaboración son esenciales para abordar la crisis humanitaria resultante de la tormenta.
Mientras el huracán Helene continúa su trayectoria de destrucción, las autoridades se preparan para las consecuencias a largo plazo que dejará la tormenta. Se anticipa que la recuperación será un proceso arduo y prolongado, y que muchas comunidades necesitarán apoyo continuo en los próximos meses.