En una carta dirigida al presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Ignacio Alonso, Conmebol señaló que la notificación debía haberse realizado con ocho días de antelación.
Además, informó que aproximadamente 1,600 entradas ya fueron vendidas a seguidores visitantes, muchos de los cuales ya están en camino a Montevideo.
La carta también menciona que en anteriores ocasiones, pese a ser catalogados de «alto riesgo», los partidos de Peñarol han cumplido con las medidas de seguridad exigidas por el reglamento. Por lo tanto, Conmebol solicitó tanto al Ministerio del Interior como a Peñarol que garanticen por escrito las condiciones de seguridad para permitir la presencia de ambas hinchadas. De lo contrario, advirtieron que podrían optar por jugar sin público o trasladar el partido a otra sede.
La postura de Peñarol
En un comunicado firmado por el presidente Ignacio Ruglio, Peñarol expresó que el ministro del Interior, Nicolás Martinelli, ratificó su decisión de prohibir el ingreso de público visitante al estadio Campeón del Siglo, basado en información recibida de inteligencia en el deporte. Martinelli argumentó que la violencia vivida en Río de Janeiro, cuando seguidores de Botafogo atacaron a familias de hinchas aurinegros, justifica la medida.
Peñarol reafirmó su voluntad de jugar en su estadio y con su público, señalando que los incidentes en Brasil no fueron provocados por su hinchada, que solo respondió ante ataques en diversas zonas de la ciudad. En una reunión del Consejo Directivo, los dirigentes manifestaron su intención de defender el derecho de jugar con su afición, víctimas de situaciones de riesgo en Brasil.
Finalmente, Peñarol comunicó a Conmebol su disposición para recibir ambas hinchadas, aclarando que la seguridad depende de las disposiciones del Ministerio del Interior, que ofrecerá una conferencia de prensa a las 17 horas de hoy.